" ¡Ayuda! No entiendo mi analítica” - Cómo interpretar una analítica de alergia con la alergóloga Isabel Fernández de Alba

¿Tienes un informe de la consulta de alergia y no entiendes nada de lo que dice? ¿Te preocupan los valores que figuran y no te han explicado en qué consisten?  Para resolverlo juntos, he contado con la Doctora Isabel Fernández de Alba, alergóloga, que nos enseña, de manera muy didáctica cómo interpretar las analíticas de alergia.

Sigue leyendo, porque en este post nos adentramos en los misterios que contiene un informe y una analítica de alergia.

¿Empezamos?


Los anticuerpos

Antes que comenzar, es necesario aclarar que los anticuerpos son aquellos que produce nuestro sistema inmunitario (sistema de defensa) frente a sustancias que, para el resto de la población son inofensivas, pero que para tu organismo son detectables como una amenaza. Esas sustancias son los alérgenos, y pueden ser: alimentos, polen, medicamentos, picaduras de insectos u otras sustancias.

  • ¿Todos podemos crear anticuerpos frente a alérgenos? ¿De qué depende que unas personas los creen y otras no?

Todos podemos crear anticuerpos alérgicos. La posibilidad de que eso ocurra, creemos actualmente que viene determinado por una combinación de factores genéticos (si alguien en nuestra familia es atópico-tranqui, ahora mismo explico ésto) junto con la influencia que ejerce en nosotros nuestro ambiente, todo lo que nos rodea. 

Por un lado, la “atopia” no es solo la dermatitis que se nos viene a la cabeza, sino que existe un conjunto, o podríamos decir “síndrome” conocido como atopia, que abarca un espectro de patología alérgica que se manifiesta como alergia alimentaria o ambiental, como asma o hiperreactividad bronquial, o como eccema cutáneo, o varias de estas cosas combinadas. 

En cambio, cuando hablamos del ambiente que nos influye, son multitud los factores que intervienen de una forma protectora, o al contrario, haciendo que tengamos más probabilidad de desarrollar anticuerpos alérgicos: nuestra dieta, la contaminación, el estrés, el haber tomado antibióticos en la primera infancia… 



Hay otro concepto muy interesante que debemos entender y se denomina “La marcha atópica”. 

La marcha atópica

Se trata de una hipótesis o teoría, pero cada vez hay más evidencia científica que lo respalda. Este concepto simplemente quiere decir que si, por ejemplo, tenemos un bebé con dermatitis atópica, o con asma bronquial (igual si es muy pequeño todavía no tiene el diagnóstico de asma bronquial como tal pero si tiene catarros frecuentes que le bajan al pecho, tiene pitidos y tos…).. es decir, si tiene una de las condiciones de la atopia, es más frecuente que en el futuro desarrolle otras condiciones atópicas, como por ejemplo, la alergia a alimentos o alergia a los pólenes. Se ha demostrado, como recientemente hemos estudiado en el Congreso nacional de alergología (SEAIC) en Gran Canaria, que la piel alterada (dermatitis) es una de las formas principales para ser alérgicos a alimentos el futuro. 


  • ¿Se puede saber si soy alérgico solamente por un análisis de sangre? ¿Qué se mide en dicho análisis para saberlo?

No se puede saber si eres alérgico solamente mediante una analítica. En la analítica, solo podemos ver que tu cuerpo ha creado anticuerpos alérgicos frente una proteína específica (Inmunoglobulina E específica, tranqui! lo explicamos más adelante también!!) 

Por eso, lo más importante es distinguir entre “sensibilización” y “alergia”. 

Tener anticuerpos positivos en la analítica nos dice que tenemos una sensibilización frente a ese alimento, frente a ese polen o ese ácaro, pero para poder decir que somos alérgicos frente a ello, tenemos que tener unos síntomas que se relacionan con esa analítica. Por ejemplo, mucha gente tiene positiva la analítica frente el polen de gramíneas, pero luego no les molestan los ojos ni la nariz en los meses que polinizan esas plantas. 

En resumen, para entender este concepto tan importante: 

  • Historia clínica (síntomas, reacción,...) + analítica positiva = ALERGIA
  • No síntomas (no reacción, no rinitis ni conjuntivitis….) = SENSIBILIZACIÓN. 

Nota: yo en los informes suelo acompañar la palabra de “sensibilización” junto con la frase “sin relevancia clínica actual” o la palabra “subclínica” para hacer más énfasis en que, aunque la analítica sea positiva, no le doy valor clínico actualmente, es decir, no tienen importancia en este momento para mí a la hora de interpretarlo como alergóloga. Ese valor analítico está ahí, pero no condiciona ahora mismo la actitud terapéutica a seguir. 

La sensibilización frente a alérgenos

  • Si estoy sensibilizado a un alérgeno, ¿Significa que soy alérgico?

No. Significa solamente eso, que tienes una analítica positiva. Siempre tiene que correlacionarse la interpretación de una analítica con la historia clínica del paciente, que es lo que manda en la consulta de alergia. 

Me repito en la “fórmula” matemática de antes:

  • Síntomas + IgE específica positiva frente a algo = alergia a ese algo
  • No síntomas + IgE específica frente a algo = sensibilización


  • ¿Qué significa IgE total e IgE específica?


Significa Inmunoglobulina E. Las inmunoglobulinas son proteínas producidas por nuestro propio cuerpos con diversas funciones. Lo más fácil de entender es que se encargan de defendernos frente a infecciones y parásitos. Hay cinco tipos distintos de inmunoglobulinas (A, G, E, M y D) y tienen diversas funciones, pero nosotros nos vamos a centrar en la E. La que figura en las analíticas de alergia es la E. Tiene una forma tridimensional en el espacio como una Y (i griega mayúscula) y es capaz de unirse específicamente frente a sustancias que reconoce como “extrañas” y nos “defiende frente a ellas”.

 

El problema es que, en las personas alérgicas, las IgEs se han vuelto un poco “locas” y se unen de forma específica con un determinado “alérgeno” (son normalmente proteínas y muy raras veces, glucoproteínas), al unirse monta una reacción en cascada que es la reacción alérgica, en un intento de “defendernos” de esa amenaza. 

En personas atópicas, como hemos comentado antes (asma, dermatitis…) puede medirse una IgE total muy alta que no indica nada específico, es parte de nuestra condición de personas atópicas.

NOTA: volviendo a los tipos de inmunoglobulinas un comentario sobre la IgG: los test de intolerancias alimentarias en las farmacias miden la IgG frente a alimentos, y eso solo indica que se ha contactado con ese alimento. Es decir, significa que hemos comido esa fruta o verdura, etc…  pero en ningún caso indica sensibilización, por lo que estos test NO TIENEN VALIDEZ CIENTÍFICA.



  • ¿Los valores en sangre pueden fluctuar a lo largo del tiempo? ¿Por qué a veces “se quitan” algunas alergias y otras no?

Efectivamente los valores pueden cambiar a lo largo del tiempo en función de varias cosas. 

En el campo de la alergia alimentaria, por ejemplo, si somos alérgicos a un alimento y dejamos de comerlo estrictamente, lo normal es que en algunos alimentos, ese nivel vaya bajando, es como si a nuestro sistema inmune, se le fuera olvidando ese alimento (deja de fabricar IgE frente a esa proteína), pero si lo comemos por accidente y tenemos una reacción, los niveles analíticos se vuelven a elevar. 

En la alergia ambiental, por ejemplo, si sacamos la analítica en la época del polen de ciprés y somos muy alérgicos al ciprés, es normal que la analítica tenga valores más altos que si lo sacamos en verano, porque hay mucho ciprés circulando, nuestro cuerpo reacciona a esa exposición ambiental. 

  • ¿Qué significa kU/L o U/mL?

Son las unidades en las que se miden las Inmunoglobulinas E para tener un valor analítico lo más exacto posible. Significa “kiloUnidades por litro” o “unidades por mililitro”. Pero no pienses que el “kiloUnidad” es peor o más cantidad, ya que son unidades arbitrarias, es decir, acordadas o preestablecidas entre los laboratorios (dependiendo del método que se haya usado o el laboratorio encargado de hacer esa analítica). 

Analíticas en sangre de alergias

  • ¿Cuándo se considera que un paciente tiene valores altos o bajos en sangre? ¿Hay algunas medidas de corte?

Clásicamente, existen unos niveles de corte en el que una IgE específica mayor de 0,35 unidades, se considera positiva. Además, hace años se usaba (y muchas veces se sigue usando, por lo que puede que esté en tu analítica) unos niveles de corte llamados “clases”. De forma, que la clase 0 es negativo, es decir, no sensibilización. Clase 1 se considera de 0,35 a 0.95. Y así, van aumentando los niveles hasta un total de 6 clases. La clase 6, en la mayoría de laboratorios, es cuando existen >100 unidades, y no se pueden medir más de eso. Puede ser 103 unidades o 948, por ejemplo.



  • ¿Es posible tener bajos valores de IgE en sangre pero tener síntomas graves, e incluso, anafilaxia? ¿Por qué ocurre esto?

Sí. De hecho, no se ha visto correlación estadística entre la cantidad más elevada de IgE específica y la gravedad del cuadro. Aunque es cierto, que en el día a día, da más respeto por ejemplo, hacer una prueba de tolerancia de un alimento cuando la cantidad de IgE es de 23 que si es de 8, por decir valores al azar.

Cada persona tiene una respuesta diferente o unos estímulos necesarios para tener una reacción diferente, y no se puede determinar ese umbral solamente mirando la analítica. Por ejemplo, si tenemos un niño muy atópico o con asma grave, su IgE total ya va a ser muy alta (ej, 1200) solo por su condición de atópico, si además mido por ejemplo, la IgE específica frente a huevo, puede salir, por ejemplo, 40 unidades. Pero es que el niño come huevo perfectamente. En cambio, una persona sin otras condiciones atópicas, solo alérgica al huevo, puede tener una analítica con IgE específica frente a huevo de 1,3 unidades y ya tener síntomas o incluso en algunos casos, anafilaxia. 



  • ¿Es suficiente hacer la analítica en sangre para determinar las alergias de una persona?

No. ¡La analítica nunca es suficiente! Siempre, siempre, siempre… debe acompañarse de una buena historia clínica, lo más completa y detallada posible, en la que el paciente nos especifica su primera reacción, alimentos u otros elementos sospechosos, el tiempo de evolución, y mil detalles más super importantes. Además, si tenemos dudas diagnósticas o por otras consideraciones, se puede o debe (según que caso) completar nuestro diagnóstico con una prueba de tolerancia oral frente a ese alimento (por ejemplo) o prueba de exposición frente a un medicamento. Estas pruebas consisten en administrar el elemento sospechoso de crear la reacción en dosis muy progresivas y crecientes, siempre bajo vigilancia médica estrecha, para confirmar que ese alimento se puede tomar, o al contrario, para comprobar si realmente tiene la reacción que esperamos. Estas pruebas de tolerancia se consideran el diagnóstico definitivo en Alergología, lo llamamos “Gold Estándar”. 

Pruebas de exposición y de tolerancia 

  • ¿Qué puede hacer cualquier individuo para “saber si es alérgico a algo”? ¿Se pueden solicitar las pruebas en cualquier momento?



¡¡Tienes que consultar con tu alergólogo!! Eso está claro, no hay duda. El alergólogo es el médico especialista de la patología alérgica, capacitado para ver pacientes de 0 a 100 años. No se pueden solicitar las pruebas en cualquier momento, deben estar correctamente indicadas (es decir, primero, ¡¡tienen que sean realmente necesarias!! (y el médico indicado para valorar eso, es el alergólogo).  Segundo, las pruebas pedidas deben ayudar a cambiar la decisión del médico, y, tercero, que sea el momento correcto para pedirlas. Existe lo que se llama un “periodo ventana” de aproximadamente un mes tras la reacción a, por ejemplo, un medicamento, en el no es conveniente hacer pruebas cutáneas frente a ese alimento porque esas pruebas en la piel van a salir falsamente negativas. Por último, si tras varias pruebas (en piel y/o analíticas) quedan dudas, se puede recurrir a la prueba de tolerancia con ese alérgeno, que es una prueba que obviamente tiene que tener supervisión médica de alergología  y ser realizada por un equipo experto. 



  • ¿Es seguro para un paciente exponerse por su cuenta a alguna sustancia o alimento y realizar estos pasos en su casa?


NO-NO-NO-NUNCA-NO. No es seguro. Está poniendo en juego su vida de forma innecesaria. Ten en cuenta que la anafilaxia es una reacción sistémica grave o muy grave, en la que se condiciona la vida del paciente en cuestión de pocos minutos, por lo que es vital tener un soporte médico y de enfermería adecuado, experto y preparado para poder atenderte. Por tanto, las pruebas deben hacerse siempre bajo supervisión médica. No hay duda ni ambigüedades en este punto. 

  • ¿Qué le dirías a un paciente recién diagnosticado para hacer más llevadero su tratamiento?

Le diría que lo primero, calma, y poco a poco (que se diera un poco de tiempo para asimilarlo todo). Un diagnóstico de alergia a un alimento, va a afectar a tu día a día, eso seguro, pero puede ser en mayor o menor medida, y aunque nos resulte mucha información de golpe, o un gran “palo” tener que tener cuidado con ciertos alimentos, tenemos que pensar en positivo, en el sentido de que es por nuestra propia salud y en nuestro propio beneficio. Con el tiempo se interioriza o se hace más llevadero y es una parte más de nuestra vida. ¡Podemos decidir cuánto dejamos que nos limite! 

Y siempre, ante la más mínima duda, ¡pregunta a tu alergólogo! somos los médicos especialistas en tus problemas de alergia, conocemos muuuchos pacientes como tú y podemos recomendarte ideas prácticas, consejos… sobre todo, date un poco de tiempo y no dejes que determine tu día a día como si fuera la mayor limitación. Existen muchos grupos de apoyo, y en la página de Alba Quadrado, encontrarás mucha información fiable y amena para ayudarte. 






SOBRE LA DOCTORA ALERGÓLOGA ISABEL FERNÁNDEZ DE ALBA

  • Isabel Fernández de Alba es alergóloga formada en el Hospital de Burgos durante 4 años. 
  • Pertenece al comité de Alergia Infantil y al comité de Jóvenes Alergólogos, de la Sociedad Española de Alergología (SEAIC), y a la academia europea de alergia (EAACI). 

  • Es de Granada, y ahora vive en su ciudad. Le encanta su trabajo; el  poder ayudar a la gente es muy gratificante para ella y además, disfruta mucho de esta profesión al hablar con sus pacientes y explicarles todo lo que pueda. Le gusta mucho investigar y continuar aprendiendo cada día.