Nociones básicas sobre la relación entre microbiota intestinal y alergias | Entrevista Anna Esteve

¿Has oído hablar de la importancia del estado de nuestro intestino en el desarrollo de enfermedades, tales como la alergia? ¿De prebióticos o probióticos? ¿De la importancia del consumo de cierto tipo de alimentos y la evitación de otros, como los que contienen muchos azúcares?

Últimamente, y cada vez más, se está visibilizando e investigando científicamente la relación que existe entre el estado de nuestra microbiota intestinal y la importancia que tiene para el desarrollo de enfermedades tales como la alergia alimentaria. Hoy quería compartir una entrevista a una dietista especializada en microbiota y hormonas, que puede ayudarnos a entender mejor lo que sucede dentro de nuestro cuerpo en el desarrollo de nuestras alergias, de manera que podamos tomar decisiones más conscientes acerca de nuestros síntomas, cómo comemos (a pesar de tener alergias) y a qué profesionales acudir, de manera paralela, para prevenir o revertir nuestros síntomas.


¿Qué es la microbiota intestinal? ¿Y el microbioma? ¿Cuál es la diferencia?

La microbiota intestinal es el conjunto de bacterias, virus y otras especies que viven de forma autóctona en nuestro intestino, es decir, aquellos que deben estar y nos hacen bien. 

El microbioma es el ADN de estos microorganismos que es de mucha importancia, ya que se está viendo en estudios que puede dar cambios en nuestro propio ADN y predisponer a tener ciertos problemas de salud.

¿Por qué la microbiota tiene un papel fundamental en el funcionamiento de nuestro sistema inmune?

Uno de los aspectos más importantes es que nuestras bacterias nos hacen de barrera como si fueran un ejército, si están los buenos no dejan pasar los malos por lo que evitan que virus “dañinos” u otros microorganismos patógenos entren a nuestro organismo. 

Por otro lado, nuestro intestino es como el campo de entreno del sistema inmune, aprende allí qué es bueno y qué no. 

Además, nuestras bacterias son las que nutren la mucosa intestinal y se encargan de esta forma que las células del sistema inmune que existen en él funcionen correctamente. 

¿Por qué se produce un desequilibrio de nuestras bacterias intestinales?

Se puede producir por muchos factores. Los principales son estrés, alimentación no saludable, exceso de tóxicos como el tabaco, alcohol o contaminación o bien, el consumo prolongado de antibióticos. A veces también puede ocurrir que sea por infecciones importantes aunque los factores de riesgo para ellas son los mismos. 

¿Qué consecuencias existen cuando se desequilibran nuestras bacterias intestinales?

Las consecuencias son más importantes de lo que pensamos. Los primeros síntomas pueden ser de diarrea, estreñimiento o gases pero a medida que se va instaurando la disbiosis (desequilibrio de la microbiota) la integridad de nuestro intestino va disminuyendo y los síntomas se hacen sistémicos debido al aumento de la permeabilidad intestinal. Ahí es cuando la inflamación se dispara y pueden aparecer desde alergias a autoinmunidad o síntomas incluso neurológicos por el paso de metabolitos tóxicos al sistema nervioso.

¿Por qué los partos vaginales, la lactancia materna y el contacto con la naturaleza favorecen el buen desarrollo de la microbiota? ¿Qué más factores son clave para desarrollarla?

El parto es el primer contacto del el bebé con las bacterias, la primera colonización de las bacterias de la mamá al bebé, donde el sistema inmune empezará a entrenarse para combatir los agentes extraños. 

En  la lactancia materna están los componentes de la leche que contienen anticuerpos que protegen al bebé, pero a la vez en el pezón de la madre,  se encuentran bacterias que enriquecerán el ecosistema intestinal. 

¿Cómo podemos saber el estado de nuestra microbiota? ¿Qué médico o especialista puede asesorarnos?

Un buen profesional sabrá detectar los síntomas de una disbiosis. No obstante,  existen pruebas de heces para saber exactamente el tipo de microbiota que tenemos y la que nos falta. Es complicado encontrar aún profesionales familiarizados con este tema, pero los hay. Estamos los dietistas y nutricionistas especializados en el campo de la microbiota y existen también algunos médicos digestivos que ya están más actualizados. 

¿Qué son los prebióticos y los probióticos? ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? ¿Para qué sirven? ¿Cómo nos pueden ayudar? 

  • Los prebióticos son los alimentos o aquellos nutrientes que favorecen el crecimiento de bacterias buenas. Por ejemplo, la fibra fermentable, nosotros no podemos absorberla pero nuestras bacterias sí. Estos son  imprescindibles para mantener una buen equilibrio en la microbiota y mayoritariamente se encuentran en frutas y verduras, por lo que es bastante sencillo tenerlos en nuestra dieta. 

  • Los probióticos son cepas o “conjunto” de bacterias buenas para nuestro intestino que podemos ingerir a través de alimentos fermentados o de complementos alimenticios. Pueden ser útiles para regenerar y repoblar nuestro intestino en caso de desequilibrio de bacterias, también para evitar la disbiosis en caso de toma de antibióticos y para prevenir muchas enfermedades. 

Ciertamente, se está viendo que en un futuro, como el origen de muchas enfermedades está en una microbiota desequilibrada, el tratamiento de patologías tan graves como depresión, alergias, autoinmunidad,  será con ayuda de probióticos seleccionados minuciosamente para cada patología.


¿Se pueden usar probióticos para restablecer la flora intestinal? ¿Cómo saber cuáles, cuánto tiempo y en cuánta cantidad?

Sí, el uso de probióticos es una medida terapéutica para restablecer las bacterias en el colon. No obstante, cada caso es diferente y hay personas que necesitan hacer más estratégias que solo añadir los mismos. Existen ya estudios en los cuales se ve la eficacia de cepas concretas para cada patología. En consulta, estudiamos el caso y seleccionamos aquellos que pueden ir mejor. Los laboratorios nos ayudan a adaptar las dosis y las cantidades para cada persona y los síntomas nos van ayudando a saber cuando vamos por buen camino o hay que hacer cambios dosis, tiempos etc... No es una ciencia exacta, y como hay muchos factores implicados,  hay que hacer un buen seguimiento.

¿Qué alimentos favorecen el buen desarrollo o equilibrio de nuestra microbiota intestinal? ¿Cuáles son los alimentos perjudiciales para la misma? 

Es imprescindible que la base de nuestra alimentación sea la verdura y la fruta, ya que son alimentos ricos en fibras fermentables que ayudarán a que nuestra microbiota sea variada y equilibrada. Añadir fibras prebióticas como la de la patata enfriada en nevera o el plátano verde son medidas muy interesantes. Los alimentos o productos alimenticios más perjudiciales serían los procesados con azúcares añadidos o el azúcar de mesa (incluye integral, moreno y panela)  también los edulcorantes artificiales, el exceso de harinas refinadas, las grasas transformadas por la industria y por supuesto el alcohol. Todos estos anteriores deberían ser de consumo muy esporádico.   


¿Qué hay de los alimentos fermentados para la microbiota intestinal?

Los alimentos fermentados son un buen aliado para mantener una microbiota variada, ya que son alimentos que nos aportan bacterias buenas para nuestro intestino. No obstante, tanto en el consumo de fermentados como de complementos alimenticios hay que tener precaución, cuando la persona ya tiene una patología o desequilibrio, puede que no le sientan bien o que incluso empeore el problema. Para un mantenimiento,  cuando ya tenemos el intestino en condiciones, son fenomenales, un poco de kéfir, chucrut o kombutcha de calidad pueden ayudar a mantener nuestro intestino en plena forma. 




SOBRE ANNA ESTEVE

  • Nacida en Catalunya, pero residente en País Vasco.

  • Diplomada en Enfermería, Técnico Superior en dietética especializada en Microbiota y Hormonas. Actualmente estudiante del Grado en Nutrición Humana.

  • Apasionada de la nutrición desde una visión integrativa, empezó a estudiar e investigar sobre el tema de la microbiota a raíz de un proceso propio etiquetado en su momento de Síndrome de Intestino Irritable, gracias a un cambio de estilo de vida y alimentación logró mejorar su calidad de vida y reducir síntomas, descubrió su pasión y ahora se dedica a ayudar personas que lo necesitan de forma presencial en Bilbao, en Catalunya (Solsona) y de forma totalmente online para llegar a quien lo necesite.

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