¿El trabajo puede causar alergia? La alergia laboral y calidad de vida de los afectados

Hoy es el día del trabajador y qué mejor temática para el post de hoy que hablar de las alergias laborales. Últimamente, he escuchado a muchas personas debatir y preguntar si las personas con múltiples alergias alimentarias pueden solicitar una incapacidad permanente. Hoy voy a resolver esta duda y muchas asociadas, no solo para las personas con alergias alimentarias, sino las personas con alergias ambientales.

 ¿Empezamos?

¿Son tan graves las alergias?

Según la Organización Mundial de la Alergia (WAO), las enfermedades alérgicas constituyen un problema de salud pública a nivel mundial y cada vez nos hacemos más eco del crecimiento exagerado de las últimas décadas, sobre todo en los países industrializados. Actualmente, en España, se estima que un cuarto de la población padece algún tipo de alergia. Esta condición no solo afecta a la persona que lo padece, sino a todo su entorno (familiar, laboral y social).

 

Qué es la alergia y por qué se produce

La alergia es una enfermedad en la cual nuestro organismo confunde ciertas sustancias (alérgenos) creyendo que son nocivas para él y cuando entran en contacto con nuestro cuerpo, ya sea por contacto, ingesta o inhalación, generan una reacción adversa, que es la que nuestro cuerpo crea para defenderse (Puedes leer una explicación amplia y completa aquí). Los alérgenos pueden ser naturales (polen, alimentos...) o sintéticos (sustancias elaboradas de forma artificial), que son los más habituales, habiéndose identificado cerca de 3000 sustancias que pueden provocar esta reacción.

 

A lo largo de nuestra vida, estamos en constante exposición a muchos alérgenos. Lo que ocurre, es que hay personas que se sensibilizan ante estas sustancias produciendo anticuerpos para defenderse ante ellos. Existe una etapa inicial, que es la de sensibilización, en la que no se presentan síntomas, pero luego, tras varias exposiciones a esas sustancias (días, meses y hasta años), nuestro organismo, para defenderse libera sustancias tóxicas que producen la reacción alérgica. Aunque la persona alérgica deje de estar expuesta a ese alérgeno, al volver a retomar su contacto, se volverá a desencadenar la misma reacción, por mucho tiempo que haya pasado, porque el organismo ya está sensibilizado.

 

Las alergias laborales

Las alergias laborales son aquellas en las que el sistema inmunológico funciona de manera inadecuada generando una reacción adversa por haber estado expuesto a sustancias que han sensibilizado a nuestro cuerpo (alérgenos) en nuestro entorno de trabajo. Hay muchas personas alérgicas que experimentan que sus síntomas se agravan durante la jornada laboral, y que éstos disminuyen durante los días libres, fines de semana o vacaciones. 

Algunos de los alérgenos presentes en el entorno laboral son:

Algunos de los sectores en los que más se producen las alergias son:

¿Cómo diagnosticar una alergia laboral?

Para diagnosticar una alergia laboral se deben de tener síntomas que se hayan producido o agravado en el entorno laboral y que se pueda sospechar. El primer paso es acudir a nuestro médico de familia y explicar, cuantos más detalles mejor nuestros síntomas (mucosidad, irritación, dificultad al respirar, urticaria…) para que pueda valorar el derivarnos a un especialista que pueda hacer un estudio completo. Sería fantástico el poder contar con toda la información posible sobre los productos presentes en la empresa y los procesos de producción. Esta información nos la puede reflejar las fichas de datos de seguridad de los productos, los valores de exposición ambiental de las sustancias, la evaluación de riesgos de la empresa y las medidas preventivas implantadas (todo esto se puede solicitar a la empresa).

 

Principales alergias laborales

Rinitis ocupacional

 Es una enfermedad en la que la nariz se inflama provocada por las condiciones de trabajo. Sus síntomas son: estornudos, picor, secreción y obstrucción nasal. Existen más de 575.000 productos empleados en la industria que pueden ser nocivos para el tracto respiratorio, de los cuales más de 325 pueden originar esta dolencia o el asma laboral, estando entre otras las siguientes sustancias:

Asma laboral

El asma laboral es la obstrucción al flujo de aire por la exposición a polvo, vapores, gases o humos del entorno laboral, habiéndose detectado más de 300 agentes del mismo que pueden originarla. Es necesario diferenciar esta enfermedad de los casos de trabajadores y trabajadoras asmáticos que sufren un empeoramiento por la inhalación de determinadas sustancias en su trabajo. Por otra parte, es la primera causa de enfermedad pulmonar de origen profesional en los países desarrollados, siendo laborales aproximadamente entre el 10 y el 25% de los casos de asma bronquial.

Dermatitis de contacto

Esta enfermedad es la respuesta inflamatoria de la piel originada o favorecida por la presencia de agentes físicos, químicos o biológicos en el ámbito laboral, habiéndose identificado más de 250 sustancias que pueden originarla. El 40% de las enfermedades de origen laboral son enfermedades cutáneas y, de ellas, el 90% son dermatitis de contacto.  

La dermatitis puede ser de dos tipos: Dermatitis de Contacto Irritativa (reacción de la piel ante un producto irritante) y dermatitis de Contacto Alérgica (reacción de hipersensibilidad de la piel ante la presencia de un agente alergénico). Sus síntomas son inflamación, enrojecimiento, picor, eccemas, erupciones, ampollas e incluso úlceras.

Síndrome del edificio enfermo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el “Síndrome del Edificio Enfermo” (SEE) como el conjunto de enfermedades, originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados, que van desde jaquecas hasta fundamentalmente alergias.

La mayoría de nuestro tiempo laboral, lo pasamos en lugares cerrados (edificios, oficinas, locales, centros comerciales, naves industriales), lo que puede tener problemas significativos, ya que entre el 10 y el 30% de los ocupantes de los edificios sufren efectos en la salud relacionados con una calidad del aire interior deficiente. Según diversos estudios, este síndrome es más frecuente entre el personal que trabaja en oficinas que entre los que son directivos, y se da más en el sector público que el privado.

Sensibilidad química múltiple

Según diversos estudios, entre el 6 y 8% tiene diagnosticado algún tipo de enfermedad ambiental y entre el 0,5 y el 5% padece sensibilidad química múltiple.

La sensibilidad química múltiple es una enfermedad adquirida que altera multisistémicamente el organismo y provoca una respuesta ante una exposición a varias sustancias o por mínimas exposiciones repetidas a productos químicos, con frecuencia ante concentraciones no consideradas tóxicas, que forman parte de nuestra vida cotidiana: alimentos, medicamentos o incluso en el medio ambiente.

Alérgenos específicos de origen laboral

Ácaros

Los ácaros son los insectos microscópicos más comunes considerados alérgenos, porque pueden transmitir diversas enfermedades y generar alergias, como el asma bronquial y dermatitis alérgica. Estas sensibilizaciones han aumentado debido, entre otros factores, a los sistemas de ventilación y humidificación instalados en los edificios y el gran número de horas que pasamos en ambientes interiores.

Existe una gran tipología de ácaros dados los múltiples hábitats en los que se encuentran. Algunos de los ácaros más importantes que general sensibilización en el entorno laboral son: ácaros de almacenamiento (en las estanterías, papeles, carpetas, almacenes…), ácaros del polvo (en estanterías, elementos de decoración…) y  fitófagos (se alimentan de plantas).

Animales

Entre las principales enfermedades laborales que pueden contraer los trabajadores que están en contacto con animales se encuentran las reacciones alérgicas (respiratorias y la dermatitis de contacto). Lo que produce la reacción alérgica a los animales son las proteínas presentes en la caspa, la saliva, las lágrimas y fluidos.

En el caso de las proteínas presentes en la saliva, la alergia se produce cuando la persona es lamida por un animal o si se tiene contacto con animales que se han estado lamiendo. El pelo y las plumas también pueden provocar síntomas de alergia, aunque es menos frecuente porque no suelen pasar al aire.

Látex

Existen dos tipos de látex: el caucho natural, que se extrae de la corteza de un árbol y se añaden diversos aditivos que también pueden afectar a los trabajadores, debiendo distinguir claramente entre la alergia al látex y la originada por alguna de estas otras sustancias.

Productos químicos

Hoy en día, los productos químicos están presentes en prácticamente todo: cosméticos, ropa, máquinas, alimentos, detergentes, pinturas, mobiliario... siendo cada vez más frecuentes las alergias causadas por los mismos tanto en el entorno laboral como fuera de él. Los principales síntomas de estas alergias son urticaria o erupciones cutáneas, eczema de contacto, conjuntivitis, escozor, lagrimeo, molestias nasales (rinitis) y problemas en las vías respiratorias (asma, alveolitis, bronquitis). En el entorno laboral, hay que prestar especial atención a los agentes químicos sensibilizantes.

¿Quién nos condece la baja laboral en caso de que nuestra enfermedad alérgica no nos permita trabajar?

 

En condiciones generales, al médico de atención primaria, que tiene competencias cuando se trata de contingencias comunes. Sólo si el proceso está claramente relacionado con el trabajo (enfermedad profesional o accidente de trabajo), a la Mutua.

¿Cómo sabemos si las enfermedades alérgicas son contingencia común o profesional?

 

Siempre dependerá de cada caso. Por ejemplo, si nos encontramos en la situación de un panadero que tiene asma bronquial al polen de las gramíneas, este asma se verá agravada en época de polinización y, si no se trata, puede generar hasta una baja médica por crisis de asma. En este caso, se considera contingencia común (o enfermedad común).

 

Ahora vamos a ponernos en la situación en la que este mismo panadero está producida por la alergia a la harina de trigo (misma enfermedad pero distinto alérgeno). En este caso, sí se consideraría una contingencia profesional porque, al estar expuesto al alérgeno en su ámbito de trabajo, no se puede controlar.

 

Conozco un caso real de una persona que lleva trabajando 15 años en el sector de la estética. Hasta entonces, nunca había tenido ninguna alergia. Hace dos años, comenzó a sangrar por la nariz, a tener eccemas en sus manos, a llenarse de ronchas por todo el cuerpo… Había estado sensibilizándose todo este tiempo a los productos químicos que utilizaba para las uñas de acrílico y llegó un punto en que comenzó a reaccionar frente a esos alérgenos. Al seguir estando expuesta en el trabajo, se le empeora, pero trabaja por cuenta propia y no “le pueden cambiar de puesto”. Si cambiara de trabajo que no tuviera que ver con lo que hace, esto se solucionaría, pero si no, se considera contingencia profesional.

 

En resumidas cuentas, para que un padecimiento puede ser considerado enfermedad profesional, es necesario que esté incluido en el listado recogido en un Real Decreto (el Real Decreto 1299/2006).

 

¿Puede una enfermedad alérgica condicionar una incapacidad permanente?

 

Cuando una incapacidad permanente deriva de una enfermedad alérgica, lo más frecuente es que se trate de una incapacidad permanente total para la profesión habitual, porque si la persona afectada cambia de trabajo a otro donde ese alérgeno no esté presente, el problema desaparece, o sus consecuencias se minimizan significativamente.


En el caso de las enfermedades alérgicas respiratorias , en algunos casos, los tratamientos consiguen que el trabajador pueda reincorporarse a su antiguo entorno de trabajo, aun cuando el alérgeno causante del problema siga estando presente.

 

Por tanto, una enfermedad alérgica sí puede llegar a condicionar una incapacidad permanente.

 

¿Se puede producir un accidente de trabajo por una causa alérgica?


Sí. Por ejemplo, una persona que trabaja de guía turístico y durante una excursión es picado por una avispa o abeja. Es posible que fuera o no alérgico a la picadura, pero independientemente de que tuviera conocimiento de ello, es una lesión corporal y debe protegerse de la misma, así que, se considera un accidente laboral.

Reflexión

Cada vez conozco a más personas que les afectan las alergias en su profesión, incluso después de muchos años trabajando en lo mismo, porque recuerda que una alergia se puede desarrollar en cualquier momento de nuestra vida y más cuando hemos estado expuestos frente a ese alérgeno que nos afecta en el trabajo, lo que ha hecho que nuestro cuerpo se haya sensibilizado.

Muchas veces me he preguntado si yo misma podría trabajar en una cocina o restaurante, y la realidad es que no, porque soy consciente de que mis múltiples alergias con reacción severa por inhalación no me lo permitirían. Las empresas pueden actuar mediante la prevención de muchas de estas alergias tan comunes, tan solo prescindiendo de ciertos elementos como las moquetas, el abuso de los sistemas de ventilación artificial, el uso de mascarillas o realizando análisis periódicos a los trabajadores para controlar su estado. ¿Padeces alguna enfermedad alérgica de las anteriormente mencionadas? ¿Te afecta en tu entorno laboral y no sabes qué hacer? Quedo a tu disposición para cualquier duda que pudiera surgirte.

Gracias por haber llegado hasta aquí y feliz día del trabajador.

Si no me conocías, soy Alba Quadrado, multialérgica desde hace 28 años.

Trabajo con personas, familias y empresas, brindando apoyo, (in)formación y asesoramiento.
Soy 1º AllerCoach en España certificada por IFAMA (Intrnational Food Allergen Management Academy, EEUU) y Delegada de la Asociación ATX-Elkartea de Multialergia, Dermatitis Atópica y Asma.

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